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Hace décadas, hablar de salud mental era sinónimo de broma para muchas personas. Hoy en día, todo el mundo reconoce la importancia de adoptar hábitos más saludables y equilibrados para poner la cabeza en el lugar correcto.
Los motivos son muchos: estrés en casa y en el trabajo, poco o ningún tiempo para el ocio, problemas económicos o de salud, cambios bruscos, etc. En muchos casos, varios de estos motivos persiguen al individuo al mismo tiempo, lo que hace que todo sea mucho más complicado.
Este artículo quiere hablarte sobre la salud del cerebro. ¿Cómo te has estado cuidando todo este tiempo? ¿Alguna vez te has detenido a pensar en qué desencadena tus desencadenantes emocionales? ¿Cómo ponerlos a dormir de forma aceptable y, con ello, vivir la vida sin desesperarse por el mañana?
Evidentemente, no existe una respuesta obvia y sencilla a esta pregunta. Sin embargo, algunos hábitos pueden traer cambios positivos rápidamente; otros sólo podrán lograrse en el mediano o largo plazo. No importa: mientras estés dispuesto a dar el primer paso, ¡todo saldrá bien!
Consejos para mantener intacta tu salud mental
Para muchos, cuidar la salud mental y conductual es una “utopía” o un “lujo”: ¡resulta que la mayoría de los consejos de este texto son completamente gratuitos y no te ocupan más que unos minutos de tu día!
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Tómate unos minutos para leer atentamente, pero sin cargos personales. Relájate y disfruta del viaje:
Manténgase alejado de eventos estresantes
Si es posible, comience a eliminar ciertas cosas de su vida que sirven como desencadenantes emocionales negativos. Ciertas “amistades” que no llevan a ninguna parte, relaciones que restan más de lo que suman y trabajos similares a la esclavitud son sólo algunos ejemplos.
Este es un evento de reflexión y diagnóstico. Comprender todo lo que es malo para ti, lo que se puede o no descartar o minimizar para reducir daños futuros a tu salud mental, no es un trabajo que se pueda hacer de la noche a la mañana, pero se debe iniciar tan pronto como se pueda.
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Establece objetivos saludables
La frustración alimenta el estrés, que puede causar graves problemas de salud mental. Muchas personas sufren debido a las expectativas que ponen en los demás y en sí mismos – ¡y esto es realmente muy peligroso!
En lugar de eso, ¿qué tal si tomas un cuaderno y comienzas a escribir tus metas para el futuro? Puede parecer una tarea tonta o sin importancia, pero es un gran ejercicio de razonamiento lógico y organización.
hacer ejercicios fisicos
Las actividades físicas son una verdadera dieta para la mente. Liberan endorfinas, la famosa hormona del bienestar. Las personas con trastornos de ansiedad o depresión pueden beneficiarse enormemente de caminar, correr, hacer pesas y muchos otros deportes: ¡resulta mucho más fácil afrontar el largo tratamiento!
Esta es una de las principales recomendaciones médicas para las personas que padecen las comorbilidades mencionadas anteriormente. Si aún no has empezado, busca tus zapatillas en el fondo de tu armario, ponte ropa cómoda y ¡siente el calor del sol!
Antes de realizar cualquier actividad física, recuerda consultar con tu médico y hacerte un chequeo completo. ¡Nunca se sabe si algo malo está al acecho!
Cuida tu dieta
Comer bien es mucho más importante de lo que imaginas. Después de todo, para que su cerebro funcione correctamente, su cuerpo necesita recibir todas las vitaminas y nutrientes diarios apropiados para su edad, tamaño y peso.
¿Sabías que una mala alimentación puede provocar obesidad, además de afectar al corazón, hígado, riñones, articulaciones y sistema reproductivo? Como era de esperar, estos problemas afectan directamente tu desempeño en el trabajo y también en tu vida personal.
El pescado, las aves, la avena, el sésamo, los garbanzos, las almendras, las semillas de girasol y de calabaza y los cacahuetes son sólo algunos ejemplos de alimentos que liberan endorfinas, dopamina y oxitocina, tres hormonas que mejoran el estado de ánimo y hacen que la cabeza se sienta más ligera.
Puede ser una gran idea pedir cita con un nutricionista y diseñar una dieta saludable y adaptada a ti. Al principio, adaptarse a nuevos hábitos puede resultar un poco complicado: ¡resiste! La perseverancia es parte del proceso.
hacer meditación
Los estudios demuestran que meditar ayuda (¡y mucho!) a mantener la salud mental. No necesitas seguir ninguna religión para hacer esto: simplemente reserva unos minutos diarios de tu agenda para la actividad. Puede ser a la hora de dormir o durante los descansos del trabajo; lo importante es mantener una rutina diaria.
Existen varias aplicaciones de meditación guiada y atención plena, como Headspace (disponible para Androide y iOS), quienes pueden ayudarte a dar tus primeros pasos en este nuevo universo. Sin embargo, es un servicio pago. Si prefieres algo gratis, no hay problema. Hay toneladas de excelentes tutoriales en YouTube y otras plataformas para ver.
Una sugerencia de oro para meditar mejor: intenta escuchar ruido blanco durante el proceso. Estos son sonidos en frecuencias específicas que te ayudan a relajarte y concentrarte durante momentos de introspección.
Prueba el yoga
El yoga nació hace unos 5 mil años en la India como disciplina espiritual. Hoy en día, personas de todos los credos utilizan la actividad para mejorar la condición física y, por supuesto, garantizar que la salud mental se mantenga actualizada.
Trabajar cuerpo, mente y espíritu al mismo tiempo es una tarea sumamente gratificante, sobre todo a largo plazo. Hay miles de tutoriales gratuitos en Internet tanto sobre Yoga como sobre mindfulness, así como cursos y apps especializados.
Aprende a decir “no”
Muchos sufren en silencio porque no pueden decir “no”. Hay muchos malos actores que se aprovechan de esto e intentan extraer hasta la última gota de sus fuerzas vitales. ¡No te permitas pasar por esto!
Aprender a decir "no" es extremadamente liberador. Muestra al mundo de forma tranquila, educada y cordial que tienes límites y que son innegociables. Vivir al límite es una mala idea para la salud mental.
Busque ayuda profesional
Si cree que padece una enfermedad emocional, asegúrese de buscar servicios de salud mental y consultar a un psiquiatra, terapeuta o psicólogo.
Obviamente, la mayor parte del trabajo de recuperarse de las heridas de la vida depende de usted. Sin embargo, en algunos casos puede ser necesario iniciar tratamientos, como terapia ocupacional o medicamentos, como último recurso.
No hay que avergonzarse de pedir ayuda. Saber que necesitas mejorar y reconocer tus defectos y limitaciones representa la mitad de todo el proceso.